domingo, 4 de octubre de 2009

El FMI y la verborrea gubernamental

 

El FMI y la verborrea gubernamental

Por OSCAR SANTIAGO BATISTA*

*EL AUTOR es empresario y político. Reside en Bonao.

De nuevo el gobierno dominicano se ha visto en la necesidad de recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI), y lo hace, con el propósito de poder suplir el grave déficit fiscal que tiene. Semiparalizada está la administración del Partido de la Liberación Dominicana y por lo tanto, una parte importante de la economía.

Si hasta tiempo muy reciente la sola mención de esa posibilidad era motivo de preocupación en amplios sectores de la nación,  en esta oportunidad no sólo  ha contado con la simpatía de esos sectores sociales sino que,  para facilitar un poco las cosas también, las exigencia del FMI no son tan onerosas como lo eran en tiempo reciente, lo que ha posibilitado el acuerdo con entre ese organismo crediticio y el gobierno dominicano.
Cabe destacar  que la decisión de acudir al Fondo Monetario Internacional no constituye en si un pecado. Dicho dicho organismo crediticio fue creado en el 1945 con el propósito de auxiliar a los países miembros que pudieran confrontar situaciones económicamente críticas,  como la de la República Dominicana en la actualidad.
Por eso, para la opinión pública nacional resultaron increíblemente sorprendentes las declaraciones del Ministro de Hacienda  Vicente Bengoa quien, al rechazar dicha posibilidad, lo hizo con palabras prepotentes y arrogantes, señalando que la economía dominicana estaba blindada, además de agregar juicios  que pudieron dañar las relaciones con  los Estados Unidos de América, el cual es nuestro principal socio comercial.
Evidentemente que el señor Ministro de Hacienda dominicano dejó que sus sentimientos personales se impusieran - es esa ocasión -  por encima de los intereses de la República, ignorando tal vez que con sus palabras ofendía al principal soporte económico del Fondo Monetario Internacional, que lo es el gobierno de los Estados Unidos.  Pero como sucede siempre, cuando se habla sin medir las consecuencias de las palabras, no pasó mucho tiempo para que  una amplia delegación gubernamental -entre los cuales estaba el prepotente funcionario-  viajara apresuradamente a la sede principal del FMI con el urgente propósito de procurar un nuevo traje blindado para la “blindada” economía dominicana.
Al escribir éstas breves palabras bajo ninguna circunstancia pretendemos cuestionar el urgente y legitimo derecho que tiene la administración del presidente Leonel Fernández de acudir en nombre de la República en busca de auxilio económico en una institución que,  además del país  ser miembro, lo somos desde la misma fundación del FMI,  cuando en el año 1945 fuera fundada con esos propósitos.
Por lo tanto, solo queremos recordar a los actuales y  futuros funcionarios públicos que cuando les toque hablar en su calidad de tales mediten sus pronunciamientos, ya que quienes padecemos las consecuencias de su verborrea, somos todos y cada uno de los dominicanos en sentido general.
De ahí que, señores funcionarios gubernamentales,  para bien de la República  la consigna debe ser a partir de ahora: “en boca cerrada no entran moscas”.
Por ahora me despido de la siguiente manera, muy buenos días y hasta pronto dominicanos.

El FMI y la verborrea gubernamental